China está abordando una significativa transición demográfica que tiene implicaciones profundas para su sociedad. Datos recientes del gobierno indican que la población de 60 años y más ha superado los 300 millones, con proyecciones que sugieren que alcanzará los 390 millones para 2030. Este cambio transformará al país de una sociedad moderadamente envejecida a una que se considera severamente envejecida.

Como respuesta a este fenómeno, China ha integrado políticas destinadas a ancianos y jóvenes, convirtiéndolas en un componente clave de su estrategia a largo plazo. La reciente Cuarta Sesión Plenaria del 20º Comité Central del Partido Comunista de China enfatizó este enfoque y aprobó recomendaciones para el 15º Plan Quinquenal (2026-2030). Observadores internacionales destacan el compromiso continuo de China en la mejora del bienestar público.

El plan actual busca construir un sistema de seguridad social resiliente, adaptándose a la nueva realidad demográfica que enfrenta el país. En este sentido, se prevé abordar la presión fiscal que genera el envejecimiento de la población, lo que podría incluir reformas al sistema de pensiones y fomentos a la llamada 'economía plateada', que se enfoca en servicios dirigidos a la población mayor.

Además, el plan pone un fuerte énfasis en el desarrollo de la población joven. Se reconoce la importancia de mejorar la calidad de la educación y se propone un esfuerzo concertado para promover un desarrollo poblacional de alta calidad. Este enfoque sugiere un aumento en la inversión en servicios públicos, particularmente en educación y en políticas que faciliten el cuidado infantil y aumenten la tasa de natalidad.

Este nuevo impulso no representa un inicio desde cero, sino una aceleración de estrategias que han estado en marcha desde 2020. El gobierno ve esta integración de políticas como un esfuerzo a largo plazo vital para garantizar la estabilidad social y fomentar un crecimiento sostenido, lo que indica que estas políticas se priorizarán de manera constante en el próximo período quinquenal.

Para empresas multinacionales y responsables de políticas a nivel global, este enfoque sugiere que el capital y el apoyo político orientado por el Estado cada vez podrán dirigirse más hacia la economía del cuidado, salud pública, educación y avances en tecnologías demográficas. Esto puede posicionar a estos sectores para un crecimiento potencial en los próximos cinco años.