El gobierno de Turquía ha decidido eliminar los aranceles adicionales a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China, con el objetivo de fomentar la fabricación local y mejorar la competitividad de su economía. Esta medida se enmarca en un contexto de creciente preocupación por la participación del mercado de automóviles chinos, que ha alcanzado el 10 por ciento en Turquía.

Según un informe del Daily Sabah, se publicó un decreto presidencial en el Boletín Oficial el 5 de julio, el cual elimina los aranceles adicionales sobre vehículos eléctricos importados desde China. Los fabricantes de automóviles que realicen inversiones en Turquía se benefician de una exención arancelaria, pasando de un 40 por ciento a un 10 por ciento en derechos de importación.

Con esta nueva política, los fabricantes chinos de automóviles se encuentran en una posición más favorable para presentar sus planes de inversión. Además, la cercanía del mercado turco a la Unión Europea, que recientemente ha aplicado nuevos aranceles, se convierte en un atractivo adicional para estos fabricantes.

En marzo, Turquía había implementado un arancel adicional del 40 por ciento sobre los vehículos eléctricos importados de China, lo que elevó el arancel total al 50 por ciento. El 8 de junio, esta política se amplió para incluir todos los vehículos y piezas importadas de China, implementando un arancel mínimo de 7,000 dólares.

China ha expresado su descontento y oposición a estos aranceles, señalando que van en contra de las normas de la Organización Mundial del Comercio. Funcionarios chinos han manifestado que estas políticas no solo afectan a las empresas de ambos países, sino que también afectan la confianza de los inversores en el entorno empresarial turco.

Analistas de la industria automotriz en Turquía consideran que esta estrategia es un intento del gobierno para alentar a los fabricantes chinos a invertir en fábricas locales. Dada la creciente participación del mercado de automóviles chinos, lo que ha llevado a una cuota del 10 por ciento, el gobierno busca que estas empresas establezcan operaciones de producción en el país.

Turquía ha estado trabajando desde hace tiempo para atraer a fabricantes de automóviles y tiene un interés particular en las empresas chinas. La nación turca cuenta con un acuerdo de unión aduanera con la Unión Europea, que la semana pasada impuso aranceles provisionales adicionales de hasta el 38 por ciento a los vehículos eléctricos chinos.

Según el Daily Sabah, la reciente modificación de aranceles tiene como propósito incentivar a los fabricantes de vehículos eléctricos de China para que inviertan en Turquía. Actualmente, se están llevando a cabo negociaciones con varias empresas chinas cercanas a hacer compromisos, lo que podría desbloquear beneficios arancelarios.

Sin embargo, el decreto especifica que si las inversiones no se realizan dentro del periodo establecido, los beneficios arancelarios serán revocados, lo que otorga un sentido de urgencia y presión sobre los fabricantes para que establezcan operaciones en Turquía.