China ha presentado un plan de acción con el objetivo de transformar su sistema eléctrico, centrándose en el aumento de energías renovables y en la mejora de la seguridad energética. Esta iniciativa busca promover un desarrollo bajo en carbono en el país.

El plan fue emitido en conjunto por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, la Administración Nacional de Energía y la Administración Nacional de Datos. Detalla las acciones a seguir en nueve áreas específicas desde 2024 hasta 2027.

Las autoridades chinas se han comprometido a incrementar la transmisión de electricidad limpia mediante el uso de tecnologías avanzadas en la generación, regulación y control de energía. Esto responde a la creciente producción de energía eólica y solar en desiertos y zonas desertificadas.

Con un objetivo ambicioso, China pretende elevar la capacidad instalada total de energía eólica y solar en estas regiones a 455 millones de kilovatios para el año 2030. En la actualidad, las líneas de transmisión interregionales se utilizan principalmente para el transporte de energía generada a partir del carbón y la hidroeléctrica.

El plan también incluye la modernización de las centrales eléctricas de carbón para reducir significativamente las emisiones de carbono. Aunque se reconoce que el carbón seguirá siendo una fuente fundamental de electricidad, es necesario acelerar la transición hacia un modelo de bajo consumo de carbono en este sector.

En el ámbito de los vehículos de nueva energía, el mercado chino ha mostrado un crecimiento notable, con un aumento del 32 por ciento en las ventas durante la primera mitad de 2024. Esta tendencia ha generado un incremento en la demanda de infraestructura de carga.

China se ha comprometido a expandir su infraestructura de carga para vehículos eléctricos, mejorando su integración con la red eléctrica y estableciendo estándares adecuados. Hasta finales de junio, el país contaba con 10.24 millones de estaciones de carga, lo que representa un aumento del 54 por ciento con respecto al año anterior.

Además, se están llevando a cabo esfuerzos para construir instalaciones de carga en áreas rurales, buscando aprovechar el potencial del mercado de vehículos eléctricos. Un tercio de las provincias chinas ha logrado establecer estaciones de carga en pueblos y aldeas.

El plan también establece medidas para garantizar un funcionamiento estable del sistema eléctrico en China, así como para fomentar el desarrollo de la red de distribución de energía.

En la primera mitad de este año, el consumo de electricidad en China experimentó un crecimiento del 8.1 por ciento, alcanzando casi 4.66 billones de kilovatios-hora. Esto pone de relieve la necesidad de un suministro eléctrico fiable para sostener la actividad económica de la segunda economía más grande del mundo.

Siguiendo su compromiso con el desarrollo sostenible, China se ha fijado objetivos de doble carbono, buscando alcanzar el pico de emisiones de carbono para 2030 y la neutralidad de carbono para 2060, un objetivo ambicioso comparado con otros países desarrollados.