China ha registrado importantes avances en la restauración de tierras, con un total de 85 millones de hectáreas revitalizadas, lo que no solo mejora la biodiversidad, sino que también refuerza la seguridad alimentaria del país.

En el contexto del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía 2025, bajo el lema "Restaurar la Tierra. Desbloquear Oportunidades", se destaca que la restauración de terrenos puede generar empleos y fortalecer la acción climática.

Durante la última década, el gobierno chino ha realizado esfuerzos significativos en el control de la desertificación, tratando más de 24 millones de hectáreas de terrenos arenosos y designando cerca de 1.9 millones de hectáreas como áreas protegidas.

Como parte de sus iniciativas más destacadas, el Programa de Bosques de Cortinas Abres Tres Norte ha rehabilitado pastizales degradados y controlado la erosión del suelo, elevando la cobertura forestal de la región.

El condado de Minqin en la provincia de Gansu ha implementado un enfoque integrado que combina recursos hídricos, suelo y clima, logrando una notable mejora en la tasa de supervivencia de las plantas en entornos desérticos.

China ha conseguido conectar completamente la barrera ecológica del desierto de Taklimakan, un avance clave en la lucha contra la desertificación en esa área.

La tecnología moderna continúa respaldando estos esfuerzos, con la instalación de estaciones de monitoreo para observar los ecosistemas desérticos y su dinamismo.

Desde la década de 1980, China ha estado promoviendo métodos innovadores en la restauración de tierras, convirtiéndose en un ejemplo a nivel mundial en el manejo de la desertificación.

Los proyectos de restauración de tierras han permitido el regreso de especies de fauna silvestre, lo que indica un entorno ecológico revitalizado en diversas regiones.

China ha sido reconocida internacionalmente por sus esfuerzos en el control de la desertificación y ha compartido su experiencia con otros países a través de diversas iniciativas.