El anuncio de que Microsoft estaría probando internamente una versión gratuita del cloud gaming de Xbox es tanto un reflejo de la evolución en la forma en que consumimos videojuegos como una estrategia agresiva para captar un mercado en crecimiento. En un mundo cada vez más saturado de opciones de entretenimiento digital, ofrecer un acceso gratuito a una plataforma como Xbox Cloud Gaming puede ser un movimiento calculado para romper barreras y atraer a nuevos jugadores que, de otra manera, no habrían considerado invertir en una consola o en suscripción a servicios de gaming.

La propuesta de permitir a los usuarios jugar sin necesidad de una suscripción al Xbox Game Pass es una respuesta a la creciente demanda de accesibilidad. En este modelo, los jugadores pueden disfrutar de hasta cinco horas de juego al mes, siempre y cuando acepten ver anuncios previo a la sesión de juego. Es un concepto que recuerda al modelo freemium que ha revolucionado el móvil gaming; la idea de que puedes acceder a un producto o servicio básico sin costo, para luego monetizarlo a través de la publicidad. Además, la posibilidad de acceder a juegos clásicos puede atraer a nostálgicos y a aquellos que deseen experimentar piezas clave de la historia de los videojuegos.

El movimiento de Microsoft hacia el cloud gaming gratuito podría no solo ampliar su base de usuarios, sino también reconfigurar la industria del videojuego en un panorama donde las consolas frecuentemente luchan por mantenerse relevantes frente a la oferta de plataformas como Steam o Epic Games Store. ¿Estamos ante el inicio de una nueva era en la que los videojuegos se combinen efectivamente con el modelo publicitario? Aunque la propuesta está en fase de prueba y puede sufrir ajustas, parece claro que Microsoft está apostando por adaptarse a las nuevas tendencias del consumo digital.