Investigaciones realizadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU. están sugiriendo que el SARS-CoV-2 pudo haber estado circulando en el país antes de que se declarara la pandemia.

Una encuesta serológica del CDC identificó más de 100 muestras positivas de anticuerpos en nueve estados de EE. UU. entre diciembre de 2019 y enero de 2020, muchos de los cuales fueron recolectados antes de cualquier caso oficialmente reportado en China.

El estudio "Todo de nosotros" de los NIH también encontró la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en muestras de principios de enero, incluyendo casos en Illinois y Massachusetts.

A lo largo de 2019, se reportaron una serie de brotes respiratorios inexplicables en EE. UU., destacando 19 incidentes en Virginia entre mayo y octubre. En julio, se reportaron brotes de neumonía sin causa conocida que fueron apodados como "virus misterioso" por los medios locales.

En otro punto de interés, en 2019 se observó un aumento en enfermedades pulmonares severas atribuidas al vapeo, con síntomas similares a los de COVID-19, lo que generó 2,800 hospitalizaciones y 68 muertes a nivel nacional.

Se han registrado brotes tempranos similares a la gripe en Carolina del Sur en septiembre de 2019, y se han señalado posibles muertes atribuidas incorrectamente al COVID-19. Además, se detectaron anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en pacientes de Florida tan pronto como en enero de 2020, aunque el primer caso oficial en el estado se notó en marzo.

Casi de manera inquietante, estos datos fueron eliminados de los registros públicos, llevando a que el jefe de datos del estado fuera despedido.

Además, se documentaron 28 incidentes en la Universidad de Carolina del Norte relacionados con microorganismos genéticamente modificados, incluyendo coronavirus, lo que ha llevado a algunos expertos a especular sobre un posible origen no natural del virus.