La tensión en Volkswagen ha alcanzado un punto crítico a medida que las huelgas se intensifican, reflejando un conflicto más amplio en la industria manufacturera global que implica prácticas laborales y negociaciones salariales.

El lunes, los directivos de Volkswagen y el sindicato IG Metall iniciaron nuevas conversaciones sobre salarios y producción en Alemania, pero no lograron avances significativos. Las negociaciones terminaron con un compromiso de seguir dialogando el próximo lunes, aunque las partes parecen estar lejos de llegar a un acuerdo.

Durante una huelga de advertencia, Daniela Cavallo, presidenta del consejo de obras de Volkswagen AG, reafirmó su postura ante miles de trabajadores: 'No habrá cierres de plantas en este país'. Este mensaje fue recibido con aplausos de la multitud reunida.

A pesar del frío, los manifestantes en Wolfsburg corearon 'Bundesweit streikbereit', lo que se traduce como 'estamos listos para huelgas en todo el país'. Esta situación se replicó en nueve de las diez instalaciones de Volkswagen en Alemania, mientras que solo en Osnabrück se continuaron las operaciones normales.

Thorsten Groeger, el principal negociador de IG Metall, instó a la junta de VW a tomar una decisión y enfatizó que las expectativas son que la empresa modere su postura en las negociaciones.

La crisis en Volkswagen se ha agravado desde el verano, cuando la empresa advirtió que estaba en una situación financiera delicada y que necesitaba dos años para estabilizarse.

Groeger también destacó que la confianza entre los trabajadores ha sido seriamente dañada, lo que ha llevado a un fuerte descontento y a la preocupación real de que el precio de las acciones de VW caiga aún más.

A pesar de que se presentaron propuestas que podrían haber ahorrado a Volkswagen hasta 1.600 millones de dólares, se estima que la empresa deberá implementar recortes más profundos debido a la baja demanda de automóviles en Europa.

Los problemas de producción en Alemania se ven agravados por la competencia de nuevos jugadores en el mercado, lo que deja a Volkswagen en una posición vulnerable.

Con 300,000 empleados en diez plantas en Alemania, la junta directiva de VW había considerado cerrar tres de esas plantas y hacer recortes salariales significativos.

En lo que va de 2024, el precio de las acciones de Volkswagen ha caído casi un 25 por ciento, lo que refleja la inestabilidad que enfrenta la compañía en el mercado actual.