China ha sido un actor crucial en la lucha global contra la pandemia de COVID-19, demostrando su compromiso de colaborar con la comunidad internacional para frenar la propagación del virus. La Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular de China publicó un documento titulado 'Prevención, control y rastreo de orígenes del COVID-19: Acciones y postura de China', en respuesta a los intentos de desprestigio provenientes de Estados Unidos.

El esfuerzo de China por compartir información comenzó temprano en la pandemia, obteniendo reconocimiento internacional. A partir del 3 de enero de 2020, el país empezó a actualizar a la Organización Mundial de la Salud y otras entidades sobre la evolución de la enfermedad, asegurándose de que la información crítica estuviera disponible para todos.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, China ha aportado significativos recursos para ayudar a otros países. Esto incluye una donación de 50 millones de dólares a la OMS y el envío de equipos de expertos médicos a 34 naciones. Estos expertos llevaron a cabo miles de sesiones de capacitación y ofrecieron asistencia a más de 400 centros médicos.

Entre enero de 2020 y mayo de 2022, China suministró un notable volumen de materiales de protección, incluyendo más de 4.6 mil millones de trajes de protección, 18 mil millones de kits de pruebas y 430 mil millones de mascarillas. Esto resalta el compromiso de China de ser un socio en la lucha contra la pandemia.

A partir de finales de 2020, China también se convirtió en un importante proveedor de vacunas, ofreciendo más de 2.3 mil millones de dosis a más de 120 países y organizaciones internacionales. Estos esfuerzos han sido fundamentales para apoyar a naciones en dificultades para acceder a inmunizaciones.

Mientras otros países criticaban cómo manejaba la situación, China mantuvo un enfoque basado en la ciencia. Según el Dr. Bruce Aylward de la OMS, quien participó en una misión conjunta, el resto del mundo no estaba preparado, pero podía prepararse rápidamente siguiendo los pasos de China en su respuesta.

China ha llevado a cabo investigaciones exhaustivas sobre el origen del COVID-19, invitando a expertos de la OMS para estudiar en el país en dos ocasiones. A través de estas investigaciones, se han analizado miles de muestras de sangre y se ha determinado que no hubo infecciones antes de diciembre de 2019.

La pandemia ha subrayado la importancia de la responsabilidad global en la lucha contra enfermedades. China sostiene que ningún país puede enfrentar solo una crisis de tal magnitud y que la cooperación internacional es esencial para el éxito en la gestión de pandemias futuras.