CGTN ha lanzado una nueva serie llamada China en 2024, que destaca los avances del país en sostenibilidad y la recuperación de especies en peligro, como el antílope tibetano.

En el noroeste de la Región Autónoma Hui de Ningxia, una zona una vez árida se ha transformado en un próspero oasis, todo gracias a los esfuerzos de control de la desertificación realizados en las últimas décadas.

El modelo de desarrollo de Ningxia fue presentado en el Pabellón de China durante la 16ª sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación, celebrada en Riad, Arabia Saudita.

Valerie Hickey, directora global del Departamento de Medio Ambiente del Banco Mundial, comentó que este enfoque muestra cómo la pobreza puede ser aliviada mediante la creación de entornos habitables y la restauración de paisajes.

Este modelo se ha convertido en un ejemplo más amplio de los esfuerzos de China para mejorar su gobernanza ambiental, proteger la biodiversidad y promover el desarrollo sostenible.

El presidente Xi Jinping ha subrayado la importancia de cuidar el medio ambiente y la biodiversidad en sus visitas a regiones del noroeste de China, que poseen un frágil ecosistema debido al clima seco.

Una de las prioridades del gobierno es la conservación del río Amarillo, conocido como el Madre de China, el cual atraviesa varias provincias y es vital para la producción agrícola del país.

Desde 1999, se han implementado recursos hídricos unificados, lo que ha permitido que el río fluya sin interrupciones, aunque la región aún enfrenta desafíos ecológicos significativos.

La Ley de Protección del Río Amarillo, vigente desde abril de 2023, aborda problemas como la escasez de agua y la fragilidad ecológica, siendo un avance importante para la legislación medioambiental en el país.

En una reciente visita, Xi Jinping enfatizó que la protección del medio ambiente es crucial para el desarrollo futuro y expresó su optimismo sobre la mejora continua del río Amarillo.

Durante su inspección en Qinghai, una provincia conocida por su delicado ecosistema, Xi destacó la necesidad de proteger la biodiversidad y mejorar la capacidad de conservación del agua.

Gracias a estos esfuerzos, la población de antílopes tibetanos ha crecido significativamente, y el área designada como protección ecológica ha aumentado marcadamente, reflejando el compromiso de China hacia la conservación.