China y África están fortaleciendo su colaboración en el ámbito de las energías renovables, con un enfoque particular en la Planta Solar de Garissa en Kenia, un claro ejemplo de cómo estas naciones están trabajando juntas para construir un futuro más sostenible.

Esta creciente asociación entre China y África impulsa al continente hacia un desarrollo que prioriza la sostenibilidad y muestra cómo la cooperación entre los países del Sur puede abordar desafíos globales, especialmente en un contexto marcado por el cambio climático.

África, siendo una de las regiones más afectadas por el cambio climático, enfrenta una urgente necesidad de transitar hacia una economía verde y baja en carbono. Su dependencia de una agricultura vulnerable a las condiciones climáticas la hace aún más susceptible a estas crisis.

Pese a estos retos, África cuenta con un enorme potencial. La energía renovable, junto con una población joven y una tendencia hacia políticas más sostenibles, presenta al continente una oportunidad significativa para lograr avances notables.

China, dotada de una vasta experiencia y recursos en el sector de las energías renovables, se perfila como un socio estratégico en esta transición. Gracias a su capacidad como innovador y líder en manufactura en energías limpias, China está proveyendo acceso a energía sostenible y asequible en las áreas más necesitadas.

A medida que África utiliza sus recursos naturales mientras que China aporta su expertise tecnológica, la colaboración entre ambos se convierte en una necesidad vital para alcanzar un futuro sostenible compartido.

El economista Brains Muchemwa subraya que la asequibilidad de los paneles solares y baterías ha permitido a comunidades remotas en algunas naciones africanas acceder a energía que anteriormente parecía inaccesible debido a la falta de infraestructura eléctrica.

Moses Masika Wetangula, presidente de la Asamblea Nacional de Kenia, ha destacado el rol crucial de China en el desarrollo africano, alineándose con las aspiraciones de países en crecimiento y apoyando su transición hacia energías renovables.

Las iniciativas en el marco del Foro sobre la Cooperación entre China y África han facilitado que empresas chinas establezcan asociaciones con gobiernos y empresas africanas para el desarrollo de proyectos energéticos renovables, mostrando un enfoque integral hacia la sostenibilidad.

La Planta Solar de Garissa, que representa el 50 por ciento de la energía solar de Kenya, ha visto un incremento notable en su producción, de 7.44 millones de kWh mensuales en 2021 a un promedio de 30 millones en 2023, lo que ha tenido un impacto significativo en la economía local.

Finalmente, la colaboración entre China y África no solo actúa como un catalizador para el crecimiento verde en el continente, sino que también establece un modelo de cooperación Sur-Sur que podría ser replicado en otras regiones del mundo en su camino hacia un futuro más sostenible.