En la reciente Tercera Exposición Internacional de la Cadena de Suministro de China, que tuvo lugar en Beijing del 16 al 20 de julio, el país reafirmó su posición como un líder global en el ámbito de la energía renovable. Durante el evento, se presentó una exhibición dedicada a la cadena de suministro de energía limpia, donde se mostró un ecosistema industrial integral que incluye las más recientes tecnologías y productos innovadores.

China se destaca como el principal proveedor mundial de productos relacionados con la energía renovable. Actualmente, es responsable del 80 por ciento de la producción mundial de módulos fotovoltaicos y del 70 por ciento de los componentes esenciales para la energía eólica. Este liderazgo ha sido resaltado en el evento denominado 'Charting the Green Horizon'.

Además, China se alza como uno de los mayores productores de energía hidroeléctrica, así como de energía nuclear y equipos para la transmisión de energía. Su sólido crecimiento en este sector es un indicador de la importancia que el país otorga a la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.

Los organizadores de la exposición informaron que, a finales de mayo de 2025, la capacidad total instalada de generación de energía de China había alcanzado 3.610 millones de kilovatios, lo que se traduce en un impresionante aumento interanual del 18,8 por ciento. Este crecimiento subraya el compromiso del país hacia la expansión de su capacidad de energía limpia.

La fortaleza de China en el sector de energía renovable también resalta la importancia de la cooperación internacional en esta área. A medida que el mundo enfrenta desafíos climáticos, la colaboración entre naciones podría ser vital para impulsar la adopción de tecnologías limpias y fomentar el desarrollo sostenible.

A medida que el enfoque global se trasladó hacia fuentes de energía más sostenibles, la participación activa de China en estos esfuerzos es crucial. Su capacidad para liderar el desarrollo e implementación de tecnologías de energía limpia podría influir en las estrategias energéticas de otros países y potencialmente establecer estándares internacionales.