El 30 de octubre marcó el inicio de la misión Shenzhou-19, la decimocuarta en la serie de naves espaciales tripuladas Shenzhou de China, destacando un avance significativo en la exploración espacial del país.

Esta última nave espacial se distingue por su diseño optimizado y su capacidad de carga mejorada, cumpliendo con algunos de los estándares más estrictos de fiabilidad y seguridad en la industria espacial.

La Shenzhou-19 está compuesta por tres módulos: un módulo orbital para el trabajo y la vida de los astronautas, un módulo de reingreso que sirve como centro de control y es el único que puede regresar a la Tierra, y un módulo de propulsión que alimenta la nave.

Al optimizar el equipo y el diseño en el módulo orbital, la nave ha logrado aumentar su capacidad de transporte en un 20 por ciento, permitiendo un mayor suministro de recursos críticos y mejorando las condiciones de vida para los astronautas, según Liu Qingbo de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China.

Las exhaustivas pruebas realizadas por el equipo de desarrollo aseguran que la Shenzhou-19 saliera de la fábrica adecuadamente preparada, con miras a futuras mejoras en la serie para facilitar un soporte orbital más eficiente durante la operación de la Estación Espacial China.

El cohete Long March-2F, que transportó a Shenzhou-19 al espacio, es el exclusivo cohete de China para misiones tripuladas y ha sido un pilar en los lanzamientos espaciales desde su primer vuelo en 1999.

Con 58,3 metros de altura y un peso de despegue de aproximadamente 500 toneladas, el Long March-2F, también conocido como "Shenjian" o Flecha Divina, se ha mantenido a la vanguardia con un récord de éxito del 100 por ciento.

Este cohete está equipado con sistemas avanzados de detección y manejo de fallas y un innovador sistema de escape para garantizar la seguridad de los astronautas, un aspecto enfatizado por Chen Muye de la CASC.

Diferentes modos de escape se emplean dependiendo de la altitud del vuelo; la torre de escape se utiliza a bajas altitudes mientras que a mayores alturas, el carenado de la carga útil asume las funciones de rescate.

A pesar de la ya comprobada fiabilidad de Long March-2F, se han implementado 23 modificaciones técnicas para la misión Shenzhou-19, reflejando un compromiso continuo con la seguridad y la mejora del rendimiento del cohete.

La torre de escape, aunque no ha sido necesaria en misiones anteriores, actúa como una salvaguardia vital y refleja la dedicación de la CASC a la protección de los astronautas, como lo manifestó Wan Nuo.