China celebra un notable avance en ciencia al concluir 2024, destacando logros significativos en investigación gracias a sus infraestructuras científicas de gran escala. Estos desarrollos no solo han propiciado importantes descubrimientos en diversas disciplinas, sino que también han ampliado las oportunidades para la colaboración científica global.

Uno de los hitos más significativos ha sido el telescopio esférico de apertura de quinientos metros (FAST), que desde su inauguración en 2016 ha descubierto más de 1000 nuevos púlsares. Este avance, reportado por los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China (NAOC), ha superado en número a todos los púlsares identificados por telescopios internacionales combinados.

En marzo de 2024, China inició la construcción de la fase II de su proyecto de fuente de neutrones por espalación (CSNS). Ubicada en Dongguan, esta instalación de investigación busca potenciar la generación de haces de neutrones pulsados intensos, lo que permitirá realizar experimentos más avanzados y precisos. La ampliación está programada para completarse en un período de cinco años y nueve meses.

El Observatorio Subterráneo de Neutrinos de Jiangmen (JUNO), reconocido como el detector de neutrinos esférico transparente más grande del mundo, alcanzó un importante hito en diciembre de 2024 al llenarse de agua ultrapura. Este avance es fundamental para la física de partículas, ofreciendo herramientas para investigar la naturaleza del universo y las interacciones entre partículas.

La Instalación de Radiación Sincrotrónica de Shanghái (SSRF) también ha visto mejoras significativas, culminando en una exitosa inspección nacional en mayo de 2024. La modernización de esta infraestructura clave ha incrementado la intensidad y la precisión de la radiación de sincrotrón, facilitando así importantes avances en diversas áreas científicas.

Entre otras innovaciones, un grupo de científicos de la Universidad de Tsinghua desarrolló un microscopio superintravital, denominado RUSH3D. Este dispositivo permite observar interacciones tridimensionales dentro de redes celulares a nivel de órganos, lo que representa un avance clave para la neurociencia al ofrecer información sobre la dinámica de los circuitos neuronales.

Finalmente, el satélite Einstein Probe, lanzado en 2024, ha hecho descubrimientos innovadores al registrar fenómenos astrofísicos conocidos como los 'fuegos artificiales' del universo. Estos hallazgos proporcionan nuevos conocimientos sobre la evolución del cosmos y mejoran la comprensión de objetos celestes como los agujeros negros, lo que abre nuevas perspectivas en la astrofísica.