Un reciente estudio australiano ha revelado que los dragones barbados del centro de Australia que corren más rápido tienen una tasa de mortalidad más alta en su hábitat natural en comparación con sus compañeros de marcha más lenta.

Los investigadores realizaron un seguimiento de estos lagartos en sus entornos naturales durante un año, utilizando pequeños dispositivos de rastreo de actividad que contaban con acelerómetros y sensores de temperatura, según indicó un comunicado de la Universidad de Melbourne, que lideró la investigación.

Los hallazgos subrayan la importancia de comprender el comportamiento y el entorno de las especies para prever cómo soportarán el cambio climático reptiles, anfibios, peces e invertebrados.

Se observó que los dragones barbudos modifican su comportamiento de acuerdo con las estaciones, alternando entre áreas soleadas y sombreadas para regular su temperatura corporal y mantener funciones vitales.

Curiosamente, el estudio mostró que los dragones con mayores velocidades de carrera enfrentaban una mayor tasa de mortalidad, posiblemente debido a un incremento en la depredación y la interacción durante la época de apareamiento.

Además, se descubrió que los machos presentaban tasas de supervivencia superiores en comparación con las hembras.

Este estudio desafía la noción de que una mayor velocidad siempre representa una ventaja en términos de supervivencia, evidenciando que esta depende de complejas interacciones entre la fisiología y comportamiento del animal, el riesgo de depredación y su entorno.

Estos factores a menudo se pasan por alto en estudios que se realizan en entornos de laboratorio, lo que hace que estos hallazgos sean aún más relevantes y necesarios para la investigación futura.