La vegetación vibrante que rodea los sitios históricos de China, como el Gran Canal y el Jardín del Administrador Humilde, no solo resalta su belleza natural, sino que también aumentan su valor cultural. Estos lugares emblemáticos se presentan como destinos ideales para quienes buscan una experiencia enriquecedora en medio de la naturaleza.

Ubicado en Suzhou, en la provincia de Jiangsu, el Jardín del Administrador Humilde es considerado uno de los cuatro jardines más famosos de China. Este jardín ha sido reconocido por su importancia cultural desde 1961, cuando fue catalogado como un relicario cultural nacional, y fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1997.

En otra región, los cultivos de té están favoreciendo el turismo rural en la Prefectura Autónoma de Enshi Tujía y Miao, en la provincia de Hubei. Los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en la cultura del té, disfrutando de sus aromas, participando en la recolección y aprendiendo sobre las tradiciones vinculadas a esta bebida ancestral en los numerosos jardines de té de la zona.

El Gran Canal de China, reconocido como un Patrimonio Mundial de la UNESCO, ha sido vital en la promoción y estabilización del desarrollo económico a lo largo de la historia del país. Este impresionante sistema de transporte antiguo facilitó el movimiento de recursos esenciales y productos, reflejando la importancia cultural y económica que ha tenido en la vida china.

En el corazón de Pekín se encuentra el Parque Beihai, un antiguo jardín imperial que atrae a visitantes en busca de refugio durante los calurosos días de verano. Este parque no solo ofrece una hermosa vegetación, sino que también cuenta con árboles centenarios que han sido testigos de la historia durante más de mil años, proporcionando un ambiente sereno para pasear mientras se escucha el canto de los pájaros.