Durante el verano de 2023, los golpes de calor se han convertido en un grave problema de salud pública, especialmente para los trabajadores al aire libre. La conciencia sobre este fenómeno es crucial, ya que se ha evidenciado que las altas temperaturas están afectando gravemente a los individuos expuestos a condiciones extremas.

Un caso alarmante es el de Wang, un hombre de 62 años que fue llevado de urgencia a un hospital en Xiangyang, China, con una temperatura corporal de 42 grados Celsius. Wang perdió el conocimiento mientras trabajaba al sol, presentando un diagnóstico de golpe de calor severo y requiriendo cuidados intensivos para recuperar su salud.

Este no es un caso aislado; medios de comunicación filipinos reportaron que casi 200 estudiantes se desmayaron debido a las altas temperaturas en un evento el 24 de julio. Historias como estas son comunes en el transcurso del verano, donde personas colapsan y, en ocasiones, mueren por el extremo calor.

A finales de agosto, un informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Meteorológica Mundial resaltó la necesidad urgente de mejorar la protección para los trabajadores en todo el mundo, ya que el cambio climático está intensificando la frecuencia y severidad de las olas de calor.

Los golpes de calor ocurren cuando el cuerpo es incapaz de regular su temperatura interna, superando los 40 °C. Esto provoca daños celulares que pueden resultar en complicaciones graves, como deshidratación severa, calambres musculares y daños en órganos vitales. Reconocer los síntomas y actuar rápidamente es esencial para prevenir consecuencias fatales.

La historia de un repartidor de comida en China ejemplifica el riesgo que enfrentan quienes trabajan en estas condiciones. Tras colapsar en su motocicleta por trabajar largas horas bajo el calor, el repartidor falleció, lo que resalta la urgencia de proteger a los trabajadores en la calle.

Las personas que a menudo trabajan al aire libre, como los repartidores y los trabajadores de la construcción, están en mayor riesgo de sufrir un golpe de calor. Sin embargo, los que permanecen en interiores no están exentos de peligro, como demuestra el caso de un hombre de 73 años que sufrió un colapso en su hogar debido a la reticencia a utilizar el aire acondicionado durante una ola de calor.

Dado que las personas mayores son particularmente vulnerables a los golpes de calor, es necesario estar atento a las condiciones que los rodean. Factores como la combinación de calor y humedad pueden agravar la situación y requerir precauciones adicionales para la seguridad de esta población.

Es esencial implementar medidas preventivas como mantenerse hidratado y evitar la exposición dura al calor durante las horas pico. No dejar a personas, especialmente niños, dentro de vehículos estacionados es vital, ya que las temperaturas pueden aumentar rápidamente y volverse peligrosas.

Si se sospecha que alguien sufre un golpe de calor, se debe actuar de inmediato. Es crucial mover a la persona a un lugar fresco y enfriarla adecuadamente. Equivocarse en el tratamiento, como usar medicamentos inapropiados, puede agravar la situación y retrasar la atención necesaria.